Sin ánimo de ofenderte… eres gilipollas
Tal cual. Vamos… con pequeños matices, pero hay muchísima gente que se expresa de esta manera. Maquillan lo que dicen, se resguardan en una supuesta educación que deja mucho que desear y te dicen las mayores barbaridades, pero eso sí, disculpándose de antemano. Pues mire, señor, no me vale.
Soy partidaria de decir lo que haya que decir con suavidad y con tacto, pero pensando siempre en la sensibilidad de los demás. El lenguaje puede ayudarnos muchísimo a transmitir lo que queremos sin hacer daño. Pero muchos, entienden mal esta gran virtud y la utilizan a lo bestia. Te agreden verbalmente, pero eso sí, piden perdón de antemano. Pues mire, señor, me sigue sin valer.
Suelen escudarse en la excusa barata de que son «sinceros». Y desconocen que ser sinceros no es una virtud por sí sola, si su costumbre es arrojar su verdad a la cara de los demás con alambre de púas. Y encima, son ellos los que se enfadan porque no tienes capacidad para encajar una «crítica». ¡Pero si te lo he dicho de buenas maneras!», piensan estupefactos. Las maneras ayudan, pero si el fondo es maligno… olvídate: no hay modales que enmascaren la maldad.
Decir algo con tacto, es mucho más que expresarlo con buen tono o poner una simple muletilla antes de lo que queremos decir. Es más, acompañar a la cruda verdad con una falsa muletilla, tan sólo hace que el enfado se multiplique.
Si quieres llamarle a alguien gilipollas, hazlo, no te cortes. Pero no intentes disfrazar tu insulto de crítica constructiva.
Si lo que realmente quieres hacer es aportar algo para mejorar, es bastante más recomendable que metas los insultos y las críticas devastadoras en un baúl con siete llaves. Y que, por si las moscas, te tragues una.
Si insultas o menosprecias, es porque no quieres saber nada más de esa persona. No pretendas luego ir a tomarte un café con ella… Si quieres construir, será mejor que te detengas un momento en pensar qué puedes decir para lograr mejorar esa relación o situación y cómo vas a hacerlo. Fácil no es, pero caer en lo contrario tienes riesgos mayores.