La primera carta al Olentzero
Ésta ha sido su primera «comunicación» con aquellos seres mágicos que traen regalos por Navidad a los niños que se han portado bien. En este caso, mis hijos le dirigen la misiva al Olentzero, un viejo carbonero que todos los años baja del monte con su saco lleno de presentes para los niños de estas tierras.
Alain tiene tres años y medio y he tenido el honor de ser su secretaria. Él me dictó la carta.
Eder, con veinte meses, prescindió de mis servicios y se lanzó él mismo a escribirla. Imagino que el Olentzero estará ahora desgañitándose la vista tratando de entenderla. Dicho sea de paso, el carbonero está ahora igual que los padres de Eder.
Echo de menos mis Navidades de cría. Aquellas Navidades de verdad. Por ello hoy me siento afortunada de poder revivirla a través de la ilusión de mis peques.
Y con esa emoción que me transmiten, con esa inocencia con la que cantan los villancicos, con esa sorpresa de «Pero cómo, ¿los Reyes Magos también regalan abrigos?»… me gustaría desesaros a todos y a todas una Navidades inolvidables. De ésas que guardamos en nuestra memoria.
Feliz Navidad y Feliz Año Nuevo