¿Cosificas? El abuso de la palabra «cosa»
Obsérvate. Es más que probable que tú también seas un adicto a la palabra «cosa». Quizá casi un esclavo. Lo cierto es que la palabreja sirve para todo… y para nada. Está entre las 200 palabras más usadas en castellano y me sorprende que no aparezca en las 50 primeras. Suplanta cualquier significado, pero no hila fino. Se apodera de la identidad de infinidad de objetos y acciones, pero te deja sumido en la indefinición. «Esta mañana tenía que hacer muchas cosas». ¿Gestiones? ¿Tareas del hogar? ¿Recados? ¿Asesinar al vecino? También es una cosa quitarse de en medio a un vecino molesto y ruidoso.
Y es que resulta que cosa significa todo. Y si no, atención a la RAE donde cosa es «Todo lo que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta» y así, con esa definición (si a eso se le puede llamar definición), cualquiera está en los primeros puestos del ránking… Palabra comodín al canto.
Yo públicamente reconozco mi adicción. Y lo que es peor: he constatado que la plaga se ha apoderado de miles de personas. Millones, supongo. Y si no, escucha a tu alrededor. Escúchate a ti mismo, de paso.
No sé desde cuando soy «drogadicta». Fue curiosamente un fotógrafo (¡le suponía pendiente de la imagen!) quien me puso en alerta: ¿Puedo decirte algo? Hablas muy bien, pero dices en exceso la palabra «cosas». «¿En serio?», le respondí. Y no por estar libre de pecado alguno (que de defectos ando bien servida), sino sorprendida porque no tenía la mínima sospecha. Pues para mi desgracia, él tenía razón.
Y en este proceso de desintoxicación, estoy tratando de dejar a las malditas «cosas». Pero son difíciles, las muy… ¿Recuerdas que hace poco te hablé de las muletillas?. Pues bien, las «cosas» están en un nivel superior. Te invaden. Desde los ángulos más insospechados. Para cuando quieres darte cuenta ya han llenado tu boca y ofuscado tu mente y te encuentras buscando urgentemente un sinónimo que se resiste a aparecer. O expresión, porque es increíble la de frases hechas que incluyen la palabra «cosas». Porque… ¿sabes una cosa?: hay cosas en la vida que no valen gran cosa y ¡qué cosas! Pasa cualquier cosa y no te queda otra cosa que hacer cosas.
Obsérvalas y verás cómo es cierto lo que te cuento. Por ello, insisto: si deseas transmitir y comunicar tu proyecto con acierto, trata de evitar el uso de la palabra «cosa». Seguro, seguro, segurísimo, que tendrás otra en tu repertorio más adecuada, exacta y pertinente. Cuídalo porque es vital ser breve en tus intervenciones, y emplear el vocabulario correcto te ayudará a que los demás comprendan de un modo más certero el potencial de tu producto, servicio o idea.
Eso sí, tengo que reconocer que la palabra en ocasiones es perfecta y difícilmente sustituible… ¡Hay cosas que simplemente son cosas! Aunque supongo que serán excusas de mal pagador o de fumador en fase de abandonar la nicotina.
Y ahora que estamos cerca del final… ¿me dejas que me ponga un poco nostálgica? Cuando mi abuela María fue cumpliendo años, y perdiendo nombres en la cabeza, le llamaba «negocia» a cualquier trasto que necesitara. «Pásame la negocia esa». Y te volvías majara hasta que dabas con el objeto en cuestión: fregona, peine o banqueta. Pero tenía su gracia. A partir de ahora, quizá haga un cambio y llame a las cosas, negocias. Por lo menos, me distingo. No me entenderá ni Roque, pero seré diferente y, de paso, me vendrá a la cabeza la sonrisa de mi abuela María.
Y ahora te toca a ti… ¿también has sucumbido al poder de las «cosas»? ¡Cuéntamelo!
Fenomenal!¡¡¡¡¡¡
Artículo magnífico!!!!
Resumido, elocuente y muy concreto. Deseo con fuerza superes dicha adicción para que tu comunicación sea precisa y preciosa. El dicho fotógrafo que te inspiró. Gracias!!!
¡Hola Javier! No puedes imaginarte la ilusión que me ha hecho ver tu comentario. Las críticas constructivas bien hechas siempre son de agradecer y la tuya lo fue. Un placer charlar contigo, descubrir tu léxico y tu pasión por una correcta expresión. Gracias de veras.¡Espero volver a coincidir contigo!
PD. Mi adicción ahí va, ahí va… Mejorando.